La ceremonia, que se celebra anualmente en este mes, reunió a autoridades de la Provincia del Choapa, directores de establecimientos educacionales, alumnos y fieles de la Prelatura de Illapel para elevar una oración de gratitud por Chile y, al mismo tiempo, un ruego por su futuro.
La homilía, ofrecida por Monseñor Julio, abordó la compleja realidad política y social del país y la comunidad local. En un año de elecciones en noviembre, el obispo hizo un llamado a orar por las autoridades, destacando que gobernar no es una tarea fácil y requiere sabiduría, generosidad y valentía. Larrondo Yáñez reafirmó la importancia de la democracia como el camino más justo para construir el bien común, un sistema de convivencia que permite resolver diferencias en paz y con respeto a la dignidad de cada persona.
Llamado a la Paz Social y a la Honestidad
El obispo expresó su preocupación por el debilitamiento de la confianza en las instituciones y el aumento de la polarización en la sociedad. También se refirió a la creciente inseguridad, señalando que la delincuencia, los robos y el narcotráfico causan temor y dolor en las familias. "Estos hechos estremecen a familias, delitos que infunden temor, que penetra en nuestras comunidades, y una sensación de inseguridad que hiere la convivencia y la paz social".
Un tema central de la homilía fue la corrupción, que el obispo describió como una plaga que "mina la confianza ciudadana y erosiona los cimientos de la democracia". Citando al Papa Francisco, recordó que "la corrupción de los poderosos la paga el pueblo". Monseñor Larrondo instó a los líderes a ejercer su labor con honestidad, transparencia y un verdadero espíritu de servicio, enfatizando que el liderazgo debe ser un servicio al bien común y no una búsqueda de intereses personales.
Realidad Local y Defensa de la Vida
Desde la realidad de la Provincia del Choapa, Monseñor Larrondo Yáñez mencionó los desafíos y esperanzas locales. Expresó gratitud por la lluvia y la nieve de los últimos dos años, que han ayudado a superar la sequía que afectaba a la vida de los agricultores y ganaderos. Sin embargo, también reconoció que la inseguridad ha llegado a las calles de la provincia. El obispo hizo un llamado a las autoridades a buscar espacios de educación superior para crear nuevas oportunidades laborales para los jóvenes, muchos de los cuales sienten la necesidad de emigrar.
La homilía también incluyó un llamado a un discernimiento ciudadano profundo y responsable, especialmente en el contexto de las próximas elecciones. El obispo recordó la postura de la Iglesia sobre la santidad de la vida humana desde la concepción, citando el Catecismo de la Iglesia Católica y encíclicas papales para reafirmar su rechazo al aborto y la eutanasia. "El remedio al dolor no puede ser provocar la muerte, sino el amor que acompaña y el cuidado que sostiene", afirmó, citando al Papa Francisco.
Para concluir, el obispo llamó a todos a ser protagonistas de un nuevo Chile, donde la justicia prevalezca sobre la corrupción y el servicio venza al egoísmo. Enfatizó que la misión de servir no es exclusiva de los gobernantes, sino una responsabilidad de todos los ciudadanos en su vida diaria.
"¡Que viva Chile y que viva la Provincia del Choapa!", cerró Monseñor Larrondo Yáñez, recibiendo la bendición de la asamblea.