Queridos hermanos y hermanas de la Prelatura de Illapel, hoy es miércoles de ceniza y hoy también hemos despertado con un movimiento que nos hace despertarnos frente a este tiempo también que iniciamos, que es el tiempo de la cuaresma. Quiero invitarlos a hacer este tiempo de cuaresma como el Papa nos ha invitado a hacer un tiempo para caminar, un tiempo para hacer que nuestra vida sea también reflejo de esta peregrinación que vamos haciendo cada día en nuestra historia. Y es un caminar y es un peregrinar que implica que tenemos que hacerlo juntos a otro.
Y ese junto a otro implica abrir los ojos y el corazón para hacer este camino de conversión, este camino de transformación no solo para mí sino que también para otros. Y caminar en este tiempo de jubileo, caminar en la esperanza, la esperanza puesta en Cristo Jesús. Él es nuestra esperanza, Él es el que nos anima para no solamente creer que Él está presente sino que nos anima para creer que Él también nos abre la casa del Padre para llegar un día a estar con Él.
Camino de conversión, cuando hoy en la tarde estemos imponiendo la ceniza será un deseo de que el Señor también nos haga pasar. Escuché una frase que decía, la ceniza pasa por el fuego. Que nuestra conversión y nuestra transformación sea también pasar por el fuego del amor, el fuego del Espíritu que transforme nuestra vida.
Que tengamos entonces una bonita cuaresma que implique un cambio de vida y una transformación. Que Dios los bendiga. Amén.